Hoy he estado viendo una entrevista, por llamar de una manera convencional a lo que no fue mas que un publireportaje, a César Alierta, hasta hace poco Presidente de Telefónica. Se enmarca dentro de una serie que se titula "Gigantes", lo que ya nos da una idea de que no va a ser precisamente una serie crítica con los "gigantes" que vayan a ser entrevistados. En este caso, quiero recordar que Alierta fue absuelto, por prescripción, de la comisión de un delito de información privilegiada, lo que le proporcionó unos beneficios de un poco más, creo recordar, del millón de euros. No obstante la absolución, el Tribunal Supremo analizó la conducta desplegada por César Alierta y declaró que había sido constitutiva del referido delito. Es decir, el delito fue cometido, pero el Tribunal no puede condenar porque aprecia la concurrencia de la circunstancia de la prescripción.
La entrevista o el publireportaje la realiza la periodista (o masajista, por hacer entrevistas-masaje) Mari Cruz Soriano, la cual declara, respecto de sus entrevistados, que "Me importa su calidad moral, intelectual, su obra y biografía." El programa lo realiza para La 2 de RTVE y al entrevista fue emitida el 27 de diciembre de 2018.
A modo de introducción, la masajista dice, entre otras cosas, que Alierta ha recibido el elogio "unánime" por sus logros empresariales. O sea, para Mari Cruz, Alierta ha sido universalmente elogiado por esos logros. Si hacemos caso a las palabras de la periodista, nadie ha criticado a Alierta por esos logros. ¿Tenemos, pues, que creernos que los dueños de las empresas absorbidas por Telefónica, que las miles de personas a las que Alierta habrá despedido a lo largo de su vida, que muchos de los que habrán sido arruinados en su competencia con dicha compañía han elogiado a nuestro "gigante"? Y nadie, creo, podrá discutir que todas estas acciones han contribuido a la consecución de esos "logros" económicos ¿o sí? En fin, cosas de Mari Cruz. Luego, Soriano nos regala, sin hacer ningún comentario, un primer plano impagable del libro de Fernando Nicolay "Lo que los pobres piensan de los ricos". Libro que le habrá proporcionado buenos consejos para poder vivir entre y a costa de los pobres ya que estos lo han tolerado sin titubear.
Tras un repaso de su vida con se mujer y por lo que la muerte de esta significó para él, Mari Cruz cambia de tercio y le pregunta si hay buen futuro (pan, trabajo) para la gente que esté aquí dentro de 30 años. Alierta contesta sin dudarlo que sí. Ahora bien, no aclara, ni la incisiva masajista le pregunta, qué clase de trabajo y en qué condiciones; tampoco hay la menor referencia a la robotización que irrumpe en el mundo laboral y al coste que esto supondrá en términos de puestos de trabajo. Pero, claro, ni a Alierta ni a Soriano les va a afectar este problema, por lo que es perfectamente lógico que no se les ocurriera hablar de tal cosa. Los prejuicios ideológicos son más que evidentes.
Tocan a continuación el tema del acceso a internet en condiciones de igualdad. Mari Cruz le pregunta si tiene la misma posibilidad de acceso un habitante de Zaragoza o uno de una favela. Alierta, sin despeinarse, contesta que sí, que si el de la favela tiene una tableta e internet está en las mismas condiciones que el zaragozano. La "inquisitiva" entrevistadora no le pregunta si en las favelas hay conexión a internet, o si el habitante de la favela tiene con qué comprar esa tableta o con qué pagar ese acceso, pues, que yo sepa, Telefónica cobra por dar ese servicio. Nuevamente, los prejuicios ideológicos salen a la palestra.
En la entrevista aparecen sus hermanos y algunos amigos. Uno de estos declara muy serio que Cesár siempre está dispuesto a dar a quien lo necesita. Qué les pregunten a los miles de despedidos y de explotados por Alierta y la Telefónica a ver qué es lo que les ha dado este capitalista indecente. Los explotados alcanzan a nada menos que a 125.000 personas. No está nada mal para este que está siempre dispuesto a dar al que lo necesita.
"Lo que es bueno para la compañía es bueno para su país". Con este lema, el "gigante" trata de convencer a los explotados de otros países para que trabajen para la compañía. Evidentemente, el entrevistado identifica sus intereses con los del país de acogida y los del país de acogida con los de los capitalistas de ese país. Intereses que, ni por asomo, son los intereses de los trabajadores, obviamente.
¿Tienes en cuenta el factor humano, eres un tiburón? pregunta la intrépida Mari Cruz. ¿Hace falta que diga la respuesta? Sí quiero decir que en ella se refería a "colaboradores", no a trabajadores. ¡Qué detalle!
Pasando al terreno de empresario y políticos, nos dice que Felipe González es el Presidente del Gobierno con el que mejor se entendió. Como no puede cabernos duda de que Alierta no es socialista, ese buen entendimiento solo puede deberse a que González es un capitalista como nuestro "gigante"; y que, por ejemplo, entre el capitalista Aznar y el capitalista González, prefirió a este último, lo cual dice mucho de Felipe González.
¿Te presionaron los políticos? inquiere Soriano. Alierta contesta que sí; pero la entrevistadora, "incomprensiblemente", no le preguntó cuánto, cómo y sobre qué él presionó a los políticos. Nos quedaremos con la duda.
Pasmosamente, el mismo amigo que antes nos dijo que Alierta está siempre dispuesto a dar a quien lo necesita, nos espeta también que no le importa el dinero. Una empresa con 125.000 explotados, esparcida por medio mundo, con una capitalización en torno a los 45.000.000.000€ ¡¡y al presidente no le importa el dinero!! Esto, obviamente, no lleva a nuestra periodista a formular ninguna pregunta sobre esta amable opinión de uno de los amigos de nuestro personaje.
No hace falta que diga que no apareció absolutamente nadie criticando al "gigante". Ni despedidos ni empresarios a los que Alierta haya quitado su empresa ni trabajadores. Nadie que profiriese una leve crítica de tan insigne empresario.
Marí Cruz Soriano, ya sin estar presente Alierta, finaliza diciendo que César es una persona en la que se puede confiar. Podían preguntar si esto es así, por ejemplo, a los que le confiaron la información de la que él, delictivamente, se valió de forma privilegiada para procurarse un beneficio de algo más de un millón de euros. Por cierto, de este tema Mari Cruz no dijo ni palabra. Y eso que le importa "la calidad moral" de los entrevistados.
La entrevista o el publireportaje la realiza la periodista (o masajista, por hacer entrevistas-masaje) Mari Cruz Soriano, la cual declara, respecto de sus entrevistados, que "Me importa su calidad moral, intelectual, su obra y biografía." El programa lo realiza para La 2 de RTVE y al entrevista fue emitida el 27 de diciembre de 2018.
A modo de introducción, la masajista dice, entre otras cosas, que Alierta ha recibido el elogio "unánime" por sus logros empresariales. O sea, para Mari Cruz, Alierta ha sido universalmente elogiado por esos logros. Si hacemos caso a las palabras de la periodista, nadie ha criticado a Alierta por esos logros. ¿Tenemos, pues, que creernos que los dueños de las empresas absorbidas por Telefónica, que las miles de personas a las que Alierta habrá despedido a lo largo de su vida, que muchos de los que habrán sido arruinados en su competencia con dicha compañía han elogiado a nuestro "gigante"? Y nadie, creo, podrá discutir que todas estas acciones han contribuido a la consecución de esos "logros" económicos ¿o sí? En fin, cosas de Mari Cruz. Luego, Soriano nos regala, sin hacer ningún comentario, un primer plano impagable del libro de Fernando Nicolay "Lo que los pobres piensan de los ricos". Libro que le habrá proporcionado buenos consejos para poder vivir entre y a costa de los pobres ya que estos lo han tolerado sin titubear.
Tras un repaso de su vida con se mujer y por lo que la muerte de esta significó para él, Mari Cruz cambia de tercio y le pregunta si hay buen futuro (pan, trabajo) para la gente que esté aquí dentro de 30 años. Alierta contesta sin dudarlo que sí. Ahora bien, no aclara, ni la incisiva masajista le pregunta, qué clase de trabajo y en qué condiciones; tampoco hay la menor referencia a la robotización que irrumpe en el mundo laboral y al coste que esto supondrá en términos de puestos de trabajo. Pero, claro, ni a Alierta ni a Soriano les va a afectar este problema, por lo que es perfectamente lógico que no se les ocurriera hablar de tal cosa. Los prejuicios ideológicos son más que evidentes.
Tocan a continuación el tema del acceso a internet en condiciones de igualdad. Mari Cruz le pregunta si tiene la misma posibilidad de acceso un habitante de Zaragoza o uno de una favela. Alierta, sin despeinarse, contesta que sí, que si el de la favela tiene una tableta e internet está en las mismas condiciones que el zaragozano. La "inquisitiva" entrevistadora no le pregunta si en las favelas hay conexión a internet, o si el habitante de la favela tiene con qué comprar esa tableta o con qué pagar ese acceso, pues, que yo sepa, Telefónica cobra por dar ese servicio. Nuevamente, los prejuicios ideológicos salen a la palestra.
En la entrevista aparecen sus hermanos y algunos amigos. Uno de estos declara muy serio que Cesár siempre está dispuesto a dar a quien lo necesita. Qué les pregunten a los miles de despedidos y de explotados por Alierta y la Telefónica a ver qué es lo que les ha dado este capitalista indecente. Los explotados alcanzan a nada menos que a 125.000 personas. No está nada mal para este que está siempre dispuesto a dar al que lo necesita.
"Lo que es bueno para la compañía es bueno para su país". Con este lema, el "gigante" trata de convencer a los explotados de otros países para que trabajen para la compañía. Evidentemente, el entrevistado identifica sus intereses con los del país de acogida y los del país de acogida con los de los capitalistas de ese país. Intereses que, ni por asomo, son los intereses de los trabajadores, obviamente.
¿Tienes en cuenta el factor humano, eres un tiburón? pregunta la intrépida Mari Cruz. ¿Hace falta que diga la respuesta? Sí quiero decir que en ella se refería a "colaboradores", no a trabajadores. ¡Qué detalle!
Pasando al terreno de empresario y políticos, nos dice que Felipe González es el Presidente del Gobierno con el que mejor se entendió. Como no puede cabernos duda de que Alierta no es socialista, ese buen entendimiento solo puede deberse a que González es un capitalista como nuestro "gigante"; y que, por ejemplo, entre el capitalista Aznar y el capitalista González, prefirió a este último, lo cual dice mucho de Felipe González.
¿Te presionaron los políticos? inquiere Soriano. Alierta contesta que sí; pero la entrevistadora, "incomprensiblemente", no le preguntó cuánto, cómo y sobre qué él presionó a los políticos. Nos quedaremos con la duda.
Pasmosamente, el mismo amigo que antes nos dijo que Alierta está siempre dispuesto a dar a quien lo necesita, nos espeta también que no le importa el dinero. Una empresa con 125.000 explotados, esparcida por medio mundo, con una capitalización en torno a los 45.000.000.000€ ¡¡y al presidente no le importa el dinero!! Esto, obviamente, no lleva a nuestra periodista a formular ninguna pregunta sobre esta amable opinión de uno de los amigos de nuestro personaje.
No hace falta que diga que no apareció absolutamente nadie criticando al "gigante". Ni despedidos ni empresarios a los que Alierta haya quitado su empresa ni trabajadores. Nadie que profiriese una leve crítica de tan insigne empresario.
Marí Cruz Soriano, ya sin estar presente Alierta, finaliza diciendo que César es una persona en la que se puede confiar. Podían preguntar si esto es así, por ejemplo, a los que le confiaron la información de la que él, delictivamente, se valió de forma privilegiada para procurarse un beneficio de algo más de un millón de euros. Por cierto, de este tema Mari Cruz no dijo ni palabra. Y eso que le importa "la calidad moral" de los entrevistados.
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