Yoani Sánchez publicó en El País del 3 de julio de 2016 un artículo titulado "El rinoceronte blanco", en el que, entre otras cosas, decía:
"El mercado de lo inanimado también incluye las ideologías. Exploradores de las utopías quebradas, militantes antiglobalización, que quieren retratarse junto a los despojos de lo que no funcionó. En lugar de adquirir una reliquia de alguna tumba saqueada o bailar una danza alrededor del fuego, estos buscadores de quimeras políticas llevan una camiseta con el rostro del Che Guevara, se compran en algún mercadillo la gorra verde olivo que popularizara Fidel Castro o se sacan una foto sonrientes al lado de la momia de Lenin.
"El mercado de lo inanimado también incluye las ideologías. Exploradores de las utopías quebradas, militantes antiglobalización, que quieren retratarse junto a los despojos de lo que no funcionó. En lugar de adquirir una reliquia de alguna tumba saqueada o bailar una danza alrededor del fuego, estos buscadores de quimeras políticas llevan una camiseta con el rostro del Che Guevara, se compran en algún mercadillo la gorra verde olivo que popularizara Fidel Castro o se sacan una foto sonrientes al lado de la momia de Lenin.
Vienen por miles a nuestras tierras a desenterrar aquello que el tiempo y la vida han descartado. Intentan revivir un rinoceronte blanco que alguna vez corrió en las praderas de nuestra cultura y del vasto espacio de nuestra identidad. Lo traen de vuelta armado a pedazos, cosido torpemente cada miembro y adulterado genéticamente: pobre parodia de un difunto animal que solo habita en los recuerdos."
"Utopías quebradas", "despojos de lo que no funcionó", "buscadores de quimeras", etc.
Lo que hay en Cuba es un régimen político que, a diferencia de lo que pasa en la "democracia burguesa" o "dictadura burguesa", no está basado en la propiedad privada de los medios de producción. Mantener esto, a Yoani le merece los calificativos que acabo de destacar. Todo indica, pues, que se sitúa en la línea de acabar con tal sistema para abrazar el que parece que empieza a abrirse camino en la isla caribeña de la mano de Raúl Castro y de Barak Obama, es decir, el capitalismo, la vuelta a la explotación del hombre por el hombre, al enriquecimiento de unos pocos a costa de muchos.
A Yoani, como a otros muchos críticos burgueses con el sistema cubano, no se le ocurre (o mejor dicho, claro que se le ocurre, pero no le gusta, pues lo suyo es el capitalismo) exigir o luchar por las libertades públicas: libertad de expresión, de prensa, de comunicación, de movimiento, de partidos políticos, etc, y, además, reclamar la plena, efectiva y real participación de los cubanos en la gestión económica del país. Todo esto no existe actualmente en Cuba, lo que la aleja muchos de todo parecido con un régimen comunista, pues falta, como digo, esa administración y gestión de la economía en común y las libertades públicas. En estos momentos, esas actividades las realiza una burocracia estatal, totalmente alejada del pueblo.
Lo que quiere Yoani y toda la burguesía capitalista es la vuelta a la propiedad privada de los medios de producción y a las libertades públicas formales que el capitalismo trae consigo: las citadas antes, pero que solo pueden ser efectivamente ejercidas por quienes tienen capital suficiente para ello.
No sé si en Cuba hay algún movimiento o grupo social que reclame precisamente lo que digo aquí: una evolución del sistema que, negando la propiedad privada de los medios de producción, se dirija hacia el ejercicio real de las libertades públicas y en el que el pueblo, los trabajadores participen efectivamente en la dirección de su país. Cierto que, de existir, será inmediatamente rechazado por Yoani y todos los capitalistas, que están esperando como agua de mayo la "evolución" hacía el capitalismo de Cuba, lo que les permitirá acceder a un nuevo espacio que explotar, eso sí, en nombre de la "democracia".
Cómo ya escribí, el acercamiento a los USA y la nueva actitud de la UE hacia Cuba no auguran nada bueno en favor de una evolución (este vez sin comillas) del sistema cubano hacía un socialismo real (también sin comillas y, obviamente, sin las connotaciones que tal calificativo tuvo durante la "guerra fría"). El oso capitalista está al acecho y nadie parece querer pararlo.
"Utopías quebradas", "despojos de lo que no funcionó", "buscadores de quimeras", etc.
Lo que hay en Cuba es un régimen político que, a diferencia de lo que pasa en la "democracia burguesa" o "dictadura burguesa", no está basado en la propiedad privada de los medios de producción. Mantener esto, a Yoani le merece los calificativos que acabo de destacar. Todo indica, pues, que se sitúa en la línea de acabar con tal sistema para abrazar el que parece que empieza a abrirse camino en la isla caribeña de la mano de Raúl Castro y de Barak Obama, es decir, el capitalismo, la vuelta a la explotación del hombre por el hombre, al enriquecimiento de unos pocos a costa de muchos.
A Yoani, como a otros muchos críticos burgueses con el sistema cubano, no se le ocurre (o mejor dicho, claro que se le ocurre, pero no le gusta, pues lo suyo es el capitalismo) exigir o luchar por las libertades públicas: libertad de expresión, de prensa, de comunicación, de movimiento, de partidos políticos, etc, y, además, reclamar la plena, efectiva y real participación de los cubanos en la gestión económica del país. Todo esto no existe actualmente en Cuba, lo que la aleja muchos de todo parecido con un régimen comunista, pues falta, como digo, esa administración y gestión de la economía en común y las libertades públicas. En estos momentos, esas actividades las realiza una burocracia estatal, totalmente alejada del pueblo.
Lo que quiere Yoani y toda la burguesía capitalista es la vuelta a la propiedad privada de los medios de producción y a las libertades públicas formales que el capitalismo trae consigo: las citadas antes, pero que solo pueden ser efectivamente ejercidas por quienes tienen capital suficiente para ello.
No sé si en Cuba hay algún movimiento o grupo social que reclame precisamente lo que digo aquí: una evolución del sistema que, negando la propiedad privada de los medios de producción, se dirija hacia el ejercicio real de las libertades públicas y en el que el pueblo, los trabajadores participen efectivamente en la dirección de su país. Cierto que, de existir, será inmediatamente rechazado por Yoani y todos los capitalistas, que están esperando como agua de mayo la "evolución" hacía el capitalismo de Cuba, lo que les permitirá acceder a un nuevo espacio que explotar, eso sí, en nombre de la "democracia".
Cómo ya escribí, el acercamiento a los USA y la nueva actitud de la UE hacia Cuba no auguran nada bueno en favor de una evolución (este vez sin comillas) del sistema cubano hacía un socialismo real (también sin comillas y, obviamente, sin las connotaciones que tal calificativo tuvo durante la "guerra fría"). El oso capitalista está al acecho y nadie parece querer pararlo.
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