El otro día leí un artículo de Soledad Gallego Díaz que publicaba El País, el domingo 19 de julio. Se titula "Debates de los que depende el futuro". A juicio de Soledad, habría que fijarse en dos: uno sería cómo conciliar economía de mercado y democracia y el otro cómo afrontar el problema de los trabajadores pobres.
Como todos los burgueses, la autora del artículo gusta del eufemismo; así, en vez de decir pura y simplemente "capitalismo", prefiere referirse a "economía de mercado". Eso por un lado. Por otro, al hablar de "conciliar" es obvio que está diciéndonos que ahora y hasta ahora no hay tal situación. Pero ella solo hace la pregunta, la sugerencia, no aporta ninguna idea de cómo, en su opinión, puede haber esa "conciliación". Soledad, en su vivir plenamente burgués, parece no alcanzar a ver que si "democracia" quiere decir el gobierno del pueblo, el capitalismo es la antítesis del tal concepto, pues su esencia es la explotación del hombre por el hombre, sistema que solo se puede garantizar mediante algo que, llámesele como se le llame, nunca podrá responder al concepto de "democrático". Podríamos llamarlo "dictadura burguesa", pero jamás "democracia". Por mucho que votemos y por muchos partidos que haya, votar y partidos no es sinónimo de "democracia"; y si alguien cree que esto que tenemos ahora, porque hay partidos y votamos, es tal cosa, le recomiendo que se lo haga mirar.
Planteados estos dos debates, Soledad considera que la corriente política más comprometida en favor de los trabajadores y de la "conciliación" es la "izquierda clásica o los llamados en Estados Unidos demócratas liberales". Primero, Soldedad ¿qué es la "izquierda clásica y quiénes son sus representantes?. Segundo ¿desde cuándo los de izquierdas como tú consideráis a los demócratas liberales de "izquierdas"? Creo que nuestra autora tiene un buen cacao mental. Soledad: los únicos que decimos que no hay conciliación posible entre capitalismo y democracia somos los marxistas, que, a parte de por otras razones, llevamos viendo que eso es así desde la Revolución Francesa. Los que como tú sois de izquierdas, modernos o clásicos, da igual, no pasáis de ser tontos útiles que os dedicáis a mantener que esos conceptos, capital y democracia, son conciliables. Y en el peor de los casos, seríais unos sicarios del capitalismo, pues escribís tales cosas a sabiendas de su falsedad.
Luego, cuando avanzamos en el artículo, resulta que "izquierda clásica" son los laboristas y el PSOE. El cacao mental va en aumento. Entonces, para Soledad ¿qué son los políticos y economistas premarxistas y marxistas? y ¿qué son todos los que, lejos de conciliación, hablan de superación, de abolición del capitalismo? Las gafas de progre de izquierdas impiden que Soledad se entere de algo.
Sobre el otro debate, el de cómo afrontar la situación de los trabjadores pobres, nuestra autora nos informa de que hay dos soluciones. Una es la de Hilary Clinton: subir el salario mínimo y reforzar a los sindicatos; la otra, la europea, es compensar los salarios bajos con ayudas económicas directas (vivienda subvencionada, planes contra la pobreza infantil, la renta básica). Y así, ¿hasta cuándo, Soledad? Si desde 1789 no se ha arreglado la cuestión ¿qué te hace pensar que con estas recetas se va a arreglar ahora?
Por cierto, es clamoroso ver como para la autora del artículo solo existen los Estados Unidos y Europa. ¿Qué pasa con el resto del mundo? Vomitivo.
Como todos los burgueses, la autora del artículo gusta del eufemismo; así, en vez de decir pura y simplemente "capitalismo", prefiere referirse a "economía de mercado". Eso por un lado. Por otro, al hablar de "conciliar" es obvio que está diciéndonos que ahora y hasta ahora no hay tal situación. Pero ella solo hace la pregunta, la sugerencia, no aporta ninguna idea de cómo, en su opinión, puede haber esa "conciliación". Soledad, en su vivir plenamente burgués, parece no alcanzar a ver que si "democracia" quiere decir el gobierno del pueblo, el capitalismo es la antítesis del tal concepto, pues su esencia es la explotación del hombre por el hombre, sistema que solo se puede garantizar mediante algo que, llámesele como se le llame, nunca podrá responder al concepto de "democrático". Podríamos llamarlo "dictadura burguesa", pero jamás "democracia". Por mucho que votemos y por muchos partidos que haya, votar y partidos no es sinónimo de "democracia"; y si alguien cree que esto que tenemos ahora, porque hay partidos y votamos, es tal cosa, le recomiendo que se lo haga mirar.
Planteados estos dos debates, Soledad considera que la corriente política más comprometida en favor de los trabajadores y de la "conciliación" es la "izquierda clásica o los llamados en Estados Unidos demócratas liberales". Primero, Soldedad ¿qué es la "izquierda clásica y quiénes son sus representantes?. Segundo ¿desde cuándo los de izquierdas como tú consideráis a los demócratas liberales de "izquierdas"? Creo que nuestra autora tiene un buen cacao mental. Soledad: los únicos que decimos que no hay conciliación posible entre capitalismo y democracia somos los marxistas, que, a parte de por otras razones, llevamos viendo que eso es así desde la Revolución Francesa. Los que como tú sois de izquierdas, modernos o clásicos, da igual, no pasáis de ser tontos útiles que os dedicáis a mantener que esos conceptos, capital y democracia, son conciliables. Y en el peor de los casos, seríais unos sicarios del capitalismo, pues escribís tales cosas a sabiendas de su falsedad.
Luego, cuando avanzamos en el artículo, resulta que "izquierda clásica" son los laboristas y el PSOE. El cacao mental va en aumento. Entonces, para Soledad ¿qué son los políticos y economistas premarxistas y marxistas? y ¿qué son todos los que, lejos de conciliación, hablan de superación, de abolición del capitalismo? Las gafas de progre de izquierdas impiden que Soledad se entere de algo.
Sobre el otro debate, el de cómo afrontar la situación de los trabjadores pobres, nuestra autora nos informa de que hay dos soluciones. Una es la de Hilary Clinton: subir el salario mínimo y reforzar a los sindicatos; la otra, la europea, es compensar los salarios bajos con ayudas económicas directas (vivienda subvencionada, planes contra la pobreza infantil, la renta básica). Y así, ¿hasta cuándo, Soledad? Si desde 1789 no se ha arreglado la cuestión ¿qué te hace pensar que con estas recetas se va a arreglar ahora?
Por cierto, es clamoroso ver como para la autora del artículo solo existen los Estados Unidos y Europa. ¿Qué pasa con el resto del mundo? Vomitivo.
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