Hace unos días la prensa recogía la noticia de que Ana Botín, Presidenta del Banco de Santander, había sido nombrada asesora del primer ministro británico David Cameron. Es evidente que este querrá lo que asesoren en la mejor consecución de sus propios intereses y de la clase a la que representa, en la medida en que sean coincidentes; y que Ana Botín dará sus consejos y propondrá actuaciones que vayan en su propio beneficio y también en los de su clase (en este caso no puede haber conflicto o diferencia, pues son indiscutiblemente los mismos).
Veamos el asunto desde la perspectiva de aquellos que creen o quieren hacernos creer que España, la sociedad española, la economía española son conceptos inclusivos donde todos los que viven en ese espacio geográfico tienen los mismos o similares intereses. Es decir, los que no quieren ver o no quieren que veamos que la realidad es que hay explotadores y explotados, clase capitalista y los demás, ricos y pobres, con independencia de su nacionalidad. Pues bien, desde esta perspectiva ¿qué creen que hará Botín cuando Cameron pida consejo y haya un conflicto de intereses entre España y Gran Bretaña? ¿Defenderá los de España o los de Gran Bretaña? ¿O su respuesta dependerá de sus propios intereses si estos están en juego?
Lo que este nombramiento nos pone de manifiesto es que los capitalistas sí son unos entusiastas internacionalistas, al contrario que la clase trabajadora, en la que sus miembros compiten a la baja para que el capitalista que los explota deje su fábrica en un determinado país y no se la lleve para otro. Ana Botín lo tiene muy claro. Cuando tenga que dar una opinión la dará sin importarle si eso es bueno para España o la sociedad española o la economía española. Dará su opinión de manera en el sentido que más favorezca los intereses de Cameron, sin importarle si eso es bueno o malo para España y mucho menos para su clase trabajadora. Y si hay alguna duda, pondrá sus intereses, los de su clase y los de su Banco por encima de todo.
Eso sí es internacionalismo y no lo que practica la clase trabajadora que se dedica a manejar conceptos como España, la economía española, la sociedad española y tonterías por el estilo. Lo que hay son capitalistas y proletarios; y para ninguno de los dos debería haber naciones, intereses nacionales, sino clases e intereses de clase. Ana Botín lo entiende perfectamente y actúa en consecuencia. Nosotros, los de la otra clase, no. Ella se forra ¿y nosotros? Millones de parados, exclusión social, malnutrición, etc, etc.
Veamos el asunto desde la perspectiva de aquellos que creen o quieren hacernos creer que España, la sociedad española, la economía española son conceptos inclusivos donde todos los que viven en ese espacio geográfico tienen los mismos o similares intereses. Es decir, los que no quieren ver o no quieren que veamos que la realidad es que hay explotadores y explotados, clase capitalista y los demás, ricos y pobres, con independencia de su nacionalidad. Pues bien, desde esta perspectiva ¿qué creen que hará Botín cuando Cameron pida consejo y haya un conflicto de intereses entre España y Gran Bretaña? ¿Defenderá los de España o los de Gran Bretaña? ¿O su respuesta dependerá de sus propios intereses si estos están en juego?
Lo que este nombramiento nos pone de manifiesto es que los capitalistas sí son unos entusiastas internacionalistas, al contrario que la clase trabajadora, en la que sus miembros compiten a la baja para que el capitalista que los explota deje su fábrica en un determinado país y no se la lleve para otro. Ana Botín lo tiene muy claro. Cuando tenga que dar una opinión la dará sin importarle si eso es bueno para España o la sociedad española o la economía española. Dará su opinión de manera en el sentido que más favorezca los intereses de Cameron, sin importarle si eso es bueno o malo para España y mucho menos para su clase trabajadora. Y si hay alguna duda, pondrá sus intereses, los de su clase y los de su Banco por encima de todo.
Eso sí es internacionalismo y no lo que practica la clase trabajadora que se dedica a manejar conceptos como España, la economía española, la sociedad española y tonterías por el estilo. Lo que hay son capitalistas y proletarios; y para ninguno de los dos debería haber naciones, intereses nacionales, sino clases e intereses de clase. Ana Botín lo entiende perfectamente y actúa en consecuencia. Nosotros, los de la otra clase, no. Ella se forra ¿y nosotros? Millones de parados, exclusión social, malnutrición, etc, etc.
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