Con motivo de las celebraciones del día de Asturias, o como se llame eso que se celebra del día 8 de setiembre, Javier Fernández, nuestro ínclito Presidente y el Gobierno que preside, ha dado nuevas muestras de su "socialismo" y "obrerismo", así como de su independencia de uno de los poderes fácticos: la iglesia católica.
Sobre el primero, ese sujeto y el gobierno asturiano decidieron dar la medalla de oro de Asturias a un gran capitalista: a la corporación Masavéu. Todo muy lógico en un gobierno que se proclama socialista y obrero. Resulta que Javier Fernández se niega a recibir a las Asambleas de Trabajadores en lucha (trabajadores de Trubia, del Reconquista, Caja de Ahorros, etc), pero, en un mayúsculo insulto a todos ellos, otorgan la medalla de oro a un explotador de la clase trabajadora, a uno que vive de chupar la fuerza de trabajo de sus empleados. No está mal. Las razones de tan justificada distinción son las siguientes:
Grupo empresarial con acentuada trayectoria familiar. Es decir, una familia que mayoritariamente se dedican a la explotación de personas.
Asentado en Asturias desde hace 175 años. O sea, como poco 175 años explotando trabajadores. Antes de que se publicase el Manifiesto Comunista, los Masaveu ya eran unos capitalistas.
Ha sabido conjugar su compromiso con esta tierra con su expansión internacional. Se ignora, por que no se dice, cuál ha sido o en qué ha consistido ese compromiso. El único que se me ocurre son esos 175 años explotando a personas y recursos de Asturias. Y en cuanto a la expansión, quiero ello decir, que Asturias se le ha quedado pequeña para sus aspiraciones de acumular más y más capital y, por ello, ahora se dedica a explotar a gente fuera de nuestras fronteras.
Desde su fundación ha reinvertido permanente sus recursos. Cierto. Ello no constituye ninguna novedad ni mérito alguno, pues eso es lo que hacen todos los capitalistas.
Tal reinversión le ha permitido el crecimiento y diversificación de sus empresas. Es decir, cada día explota más y a más gente.
Se ha comprometido con el empleo, habiéndose esforzado en estos años de crisis por abrir nuevos mercados que le permitiesen mantener la plantilla. Ahora resulta que para Javier Fernández la Corporación Masavéu es una suerte de ONG del empleo que se dedica a invertir y a abrir nuevos mercados no para ganar más y más, sino para mantener la plantilla de trabajadores. Resulta pasmoso. ¡Pero que vamos a esperar de esta gentuza!
Sobre su dependencia de los poderes fácticos: la iglesia católica. No hay más que ver las fotos publicadas de Javier Fernández y miembros del Gobierno en actos religiosos donde, además, se arremetía contra políticas desarrolladas por otro no menos ínclito que Javier, José Luís Rodríguez Zapatero, sobre el aborto. A diferencia de lo que están haciendo algunos presidentes y alcaldes elegidos en las últimas elecciones, que separan lo oficial de lo religioso, nuestro "progre" Fernández, al igual que hacían las autoridades franquistas, acude con entusiasmo a los actos organizados por una de las confesiones religiosas que se asienta en Asturias. ¡Sigue así, Javier!
Sobre el primero, ese sujeto y el gobierno asturiano decidieron dar la medalla de oro de Asturias a un gran capitalista: a la corporación Masavéu. Todo muy lógico en un gobierno que se proclama socialista y obrero. Resulta que Javier Fernández se niega a recibir a las Asambleas de Trabajadores en lucha (trabajadores de Trubia, del Reconquista, Caja de Ahorros, etc), pero, en un mayúsculo insulto a todos ellos, otorgan la medalla de oro a un explotador de la clase trabajadora, a uno que vive de chupar la fuerza de trabajo de sus empleados. No está mal. Las razones de tan justificada distinción son las siguientes:
Grupo empresarial con acentuada trayectoria familiar. Es decir, una familia que mayoritariamente se dedican a la explotación de personas.
Asentado en Asturias desde hace 175 años. O sea, como poco 175 años explotando trabajadores. Antes de que se publicase el Manifiesto Comunista, los Masaveu ya eran unos capitalistas.
Ha sabido conjugar su compromiso con esta tierra con su expansión internacional. Se ignora, por que no se dice, cuál ha sido o en qué ha consistido ese compromiso. El único que se me ocurre son esos 175 años explotando a personas y recursos de Asturias. Y en cuanto a la expansión, quiero ello decir, que Asturias se le ha quedado pequeña para sus aspiraciones de acumular más y más capital y, por ello, ahora se dedica a explotar a gente fuera de nuestras fronteras.
Desde su fundación ha reinvertido permanente sus recursos. Cierto. Ello no constituye ninguna novedad ni mérito alguno, pues eso es lo que hacen todos los capitalistas.
Tal reinversión le ha permitido el crecimiento y diversificación de sus empresas. Es decir, cada día explota más y a más gente.
Se ha comprometido con el empleo, habiéndose esforzado en estos años de crisis por abrir nuevos mercados que le permitiesen mantener la plantilla. Ahora resulta que para Javier Fernández la Corporación Masavéu es una suerte de ONG del empleo que se dedica a invertir y a abrir nuevos mercados no para ganar más y más, sino para mantener la plantilla de trabajadores. Resulta pasmoso. ¡Pero que vamos a esperar de esta gentuza!
Sobre su dependencia de los poderes fácticos: la iglesia católica. No hay más que ver las fotos publicadas de Javier Fernández y miembros del Gobierno en actos religiosos donde, además, se arremetía contra políticas desarrolladas por otro no menos ínclito que Javier, José Luís Rodríguez Zapatero, sobre el aborto. A diferencia de lo que están haciendo algunos presidentes y alcaldes elegidos en las últimas elecciones, que separan lo oficial de lo religioso, nuestro "progre" Fernández, al igual que hacían las autoridades franquistas, acude con entusiasmo a los actos organizados por una de las confesiones religiosas que se asienta en Asturias. ¡Sigue así, Javier!
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