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Alberto Garzón, Pablo Iglesias y Julio Anguita: ¿Comunismo sin internacionalismo?

Alberto Garzón y Julio Anguita son los dos únicos políticos a los que he oído proclamar abiertamente que son comunistas. No dudo que haya más que lo sean, pero no se les oye, o no los oigo decirlo en público. Los dirigentes de Podemos, pese a de donde vienen (Izquierda anticapitalista, Partido Comunista, etc) están entre estos últimos. El único que parece admitirlo, aunque no de forma expresa, sino por comparación, es a Pablo Iglesias. Al poco de haber admitido que era "socialdemócrata", a preguntas de algún periodista, respondió que Marx y Engels también lo eran. Parece, por tanto, que no sería aventurado concluir que Pablo Iglesias también es comunista, pues este era el sentido que tenía en aquella época el ser "socialdemócrata". O dicho en otras palabras, proclamarse de tal condición era tanto como decir que se estaba por la toma del poder por las clases trabajadoras y por la abolición del capitalismo.
Si las cosas son así, yo esperaba ver algún documento de la presente campaña electoral, o escuchar alguna declaración de los que intervienen en ella, que se refiriese expresamente a esta cuestión siquiera como fin último de la acción política de Podemos y de IU. Pero no ha sido así.
Es evidente que tal estado de cosas no se consigue de hoy para mañana ni muchísimo menos; y no cabe discutir sobre que tampoco se puede alcanzar en un solo país, pero ello no quita para hablar del asunto, para decir que eso es a lo que se aspira, para poner en los programas electorales que, a parte de lo que hay que hacer de forma inmediata (por ejemplo, lo del "rescate ciudadano"), se van a empezar a dar pasos, por pequeños que sean, en esa dirección.
Uno de los pilares del comunismo es su carácter de "internacional"; las clases trabajadoras, los explotados no tienen patria, serán explotados trabajen donde trabajen y tengan la nacionalidad que tengan. Por tanto, un buen paso en esta línea y que no requiere gastar un euro, sería el tener un parlamento elegido por circunscripción única y no nacional como ocurre ahora. De esta forma, los partidos políticos serían de ámbito europeo y las listas electorales estarían formadas por personas de diferentes nacionalidades. Así se fomentaría la solidaridad en torno a un programa político, a un partido de base europea, no nacional  Actualmente vemos que,  por mucho que los grupos parlamentarios estén formados no por países sino por afinidad política, a la hora de las votaciones esto no se traduce en unidad de acción. Si alguien es elegido en una lista "europea" y no "nacional" estará vinculado a ella y esta responderá a un único programa político, no como ahora que los programas en las elecciones europeas responden a los intereses nacionales de cada partido nacional, pues es más que evidente que, por ejemplo, no hay un programa "liberal" de carácter europeo, hay uno por cada país. Por tanto, una acción en este sentido sería muy propia de comunistas, pues iría claramente en la línea de romper con el sentimiento "nacional" y fomentaría el de "clase", que, obviamente, no distingue a la gente por su condición nacional sino por su pertenencia a una clase, siendo esta una condición indiscutiblemente internacional.
Dicho esto, vemos que en todas y cada una de las intervenciones de los que se presentan a las elecciones bajo las siglas de Podemos, IU o Equo no hay ni una referencia de carácter internacional; todos, invariablemente, hablan de España y de los españoles, cómo si fuera posible acabar con el paro, la explotación, los recortes en los servicios sociales, lo ridículo de las prestaciones por desempleo y de la inmensa mayoría de las pensiones, el problema de los refugiados, desde un plano puramente nacional. En cuanto a las cuestiones económicas, se refieren a "ir a Europa" a negociar un nuevo calendario para ajustar el déficit (en esto Unidos Podemos no son los únicos). ¿Pero cómo se puede decir esto? ¿Es qué nosotros no somos también Europa? ¿No sería mucho más lógico admitir que no hay política "nacional" y que, por tanto, en esta campaña habría que decir que lo que tenemos es que conquistar, también, el poder en "nuestro" parlamento europeo (tan nuestro, obviamente, como el que está en Madrid) para, así, hacer una política europea en favor de las clases trabajadoras, de los explotados? En Alemania también existe la explotación y es también brutal o sino ¿cómo describir una situación en la que millones de personas se dice que son trabajadores porque ganan 400 euros al mes con esos "trabajos-basura" ocultos bajo la expresión "minijobs"?
Creo que esto sería una manera amable de iniciar el camino. El sentimiento nacional ya vemos a dónde nos lleva. ¡Y qué decir de a dónde nos llevó en el pasado! Recordemos las dos guerras mundiales, la colonización, etc.
¿Pero qué nos dicen de todo esto Alberto Garzón y Pablo Iglesias? Ni una palabra.

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