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Javier Cercas y el populismo (I).

El País Semanal del 28 de agosto, da cabida a un artículo, por llamarlo de alguna manera, de Javier Cercas, titulado POPULISMO BUENO, el cual aparece bajo una página que reza: Palos de ciego. O es una fina ironía o un sarcasmo, pues sino no se comprende cómo algo así puede tener sitio en un medio tan «prestigioso» como El País.
El tal artículo es una crítica, sin el menor sentido, del populismo (tal y como lo define nuestro autor) y de Podemos, máxima expresión, según él de ese fenómeno político.
Para empezar, dice que los de Podemos creen que hay un populismo malo y otro bueno, pero no dice cómo alcanza tal conclusión (¿quizás sus propias reflexiones, manifestaciones de los líderes de ese partido, algún escrito? nada; no hay la menor referencia a algo que apoye que los de Podemos puedan pensar lo que el ilustre Cercas nos dice que piensan).
Luego nos da lo que, a su juicio, es la definición tradicional de «populismo». Al ser «tradicional» todo indica que nuestro autor ha recorrido esa tradición -¿de cuántos años?-, la cual ha condensado en su definición, pero que, en todo caso, nos deja a dos velas en cuanto al concepto «moderno» o «actual» de «populismo». No obstante, cabe apuntar que Cercas considera que se trata de un concepto «difuso» y que responde a una ideología  caracterizada «por la hostilidad a las élites y la devoción al pueblo: según ella, lo que define a las élites es, además de sus privilegios, su egoísmo, su carácter corrupto y su desprecio de la gente común, mientras que lo que define la pueblo es su condición de víctima de las élites y su naturaleza virtuosa; el populismo «tradicional» (el entrecomillado es mío) también se caracterizaba (nótese el tiempo verbal pretérito, lo que quiere decir que no está hablando del populismo «moderno») por su rechazo de la división entre izquierda y derecha, su desconfianza del pluralismo político y su fe en un caudillo capaz capaz de encarnar pos sí solo al pueblo y expresar sus deseos». Inmediatamente, añade Cercas que «Todos estos rasgos típicos de los fascismos, han sido lógicamente vistos con desconfianza por la izquierda democrática». Entonces ¿Qué es el «populismo», aunque sea «tradicional», Cercas? Todo parece indicar que mezcla o confunde o cree que «fascismo» y «populismo» son lo mismo. No discutiré nada de esto. Sencillamente diré que no veo en Podemos nada de lo que nuestro autor achaca al fascismo ni al populismo. Al parecer criticar a los partidos que son denominados como «casta» es fascismo o populismo ¿por qué? ¿Identifica Cercas «crítica a los partidos» con «desconfianza hacía el pluripartidismo político? ¿Acaso el pluralismo político solo tiene su expresión mediante los partidos políticos? En fin, toda una tergiversación de la crítica de Podemos a los partidos políticos de la «casta» muy en la línea de los «progres» que se consideran de izquierdas y del periódico que le paga.
También para Cercas el populismo se caracteriza por su hostilidad a las élites. Entonces todos los comunistas, anarquistas y anticapitalistas, en general, son populistas, pues parten de una crítica feroz a las élites capitalistas por la explotación a la que someten a la inmensa mayoría de la población. Lo de la «devoción al pueblo» no se sabe lo que quiere decir. Desde luego los marxistas entendemos que los explotados y oprimidos, es decir, la clase proletaria (no sé si eso es pueblo o no y, además, no me importa) debe ponerse al frente de la acción para acabar con el capitalismo. ¿Es eso devoción por el pueblo? ¿Qué es para ti el pueblo, Cercas? 
Luego, nuestro insigne autor dice que las élites para los populistas vienen definidas por sus privilegios, su egoísmo, su carácter corrupto y su desprecio por la gente común. Sin embargo, en ningún momento del artículo defiende a esas élites o dice que las élites no son egoístas, que miran por el bien común o que tienen un gran aprecio por la gente común. ¿En qué quedamos, Cercas? ¿Son las élites OONNGG? ¿Acaso no son explotadores de la «gente común» (entendiendo por esto la gente que no vive o se aprovecha del trabajo de otros)? Y la gente común claro que es apreciada por los capitalistas; pero lo es como mano de obra, como se puede apreciar a una máquina o a una mercancía, no como a seres humanos.
También los populistas piensan que el pueblo es víctima de las élites. ¿Y no lo es? Claro que lo es, en el bien entendido de que por pueblo no estemos refiriendo a esa gente común que vive de su trabajo, no a costa del de los demás. Pero Cercas no define lo que entiende por «pueblo». Tal concepto para él no debe ser «difuso» como así considera al concepto de «populismo».

¿Y qué decir la división entre izquierda y derecha? Cercas debería decirnos cuál es el criterio para definir «izquierda» y «derecha». Igual que nos define, si quiera descriptivamente, qué es «populismo», debería hacer lo mismo con esos dos viejos conceptos. Pero esto debe ser mucho pedir. Yo prefiero la división entre explotados y explotadores, entre clase trabajadora y clase capitalista, es decir, entre quienes ostentan la propiedad de los medios de producción y quienes precisamente por no tener la propiedad de los medios de producción, para sobrevivir, tienen que vender a un capitalista su fuerza de trabajo. Esto sí es muchos más claro que eso de «izquierda» y «derecha». ¿Seré un «populista tradicional» sin saberlo? 

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