En el suplemento BABELIA de El País correspondiente al 27 de septiembre, hay una reseña de tres libros firmada por José I. Torreblanca. Dos de ellos son de Juan Carlos Monedero (Podemos) y Alberto Garzón (IU). Según Torreblanca hay una izquierda socialdemócrata, representada por el PSOE, y otras izquierda clásica, en este caso representada por IU. Por lo visto, tal diferencia entre izquierdas debe ser algo archisabido, pues el autor de la reseña no se molesta en decirnos qué debe entenderse por ambos conceptos. Luego, también habla, y también sin explicar nada de nada, de una izquierda "tanto intelectual como electoral", que, a su decir, se disputan el liderazgo de la izquierda. ¿El liderazo de qué izquierda, Torreblanca? ¿La socialdemócrata, la clásica, la intelectual o la electoral, todas a la vez, alguna de ellas? ¡¡Toreblanca nos saturas con tanta izquierda!! Se ve que el rigor está reñido con este sujeto. Más adelante, se nos dice que lo que hacen Monedero y Garzón es atacar "la línea de flotación de de las dos instituciones que más problemas generan a la democracia contemporánea: los mercados y los partidos políticos. Y, claro, ¡cómo no! ese ataque no pasa de ser populismo, no están claras sus altenativas, no se sabe lo que es "esa Arcadia a la que nos dirigimos". Torreblanca: eso que tu llamas "democracia" no es tal, porque ni los dueños de los bancos, ni los que gobiernan los grandes capitales financieros, ni los miembros de los consejos de administración de las grandes sociedades anónimas (vamos, los que tú púdicamente llamas "mercados") se presentan a las elecciones y son realmente los que mandan, los que dicen lo que hay que hacer. ¿O no era a ellos a los que se refería Rajoy cuando, casi al día siguiente de sentarse en el Gobierno, dijo que la política económica que tenía que llevar adelante no era la que a él le hubiera gustado sino la que había que hacer? ¿Quién le impedía llevar a cabo la política económica que la habría gustado? Los mercados, Torreblanca, los mercados. Entonces ¿dónde queda eso que tu llamas "democracia"? Y, luego, los partidos políticos. Lógico, no hay ni un solo partido en el arco parlamentario que no apoye sin fisuras el sistema capitalista. La única diferencia entre ellos es la intensidad con la que están dispuestos a menear la mesa de los ricos epulones, a ver si caen más migajas.
Pero, finalmente, Torreblanca se retrata. El tercer libro, el del Colectivo Politikon, es el bueno. "Una obra excelentemente escrita, llena de...propuestas concretas, donde se discuten y detallan las propuestas sobre las reformas electorales, de la Administración o de los partidos políticos, democratizar a los partidos, despolitizar a la Administración". Y termina "Si antes de derribar la casa prefiere intentar arreglarla, ahí encontrarán las instrucciones". La cosa está clara, aún admitiendo que Podemos y Garzón quieran tirar la casa (eso solo se lo oí decir a Garzón, pues pretende acabar con el capitalismo), de lo que se trata, a decir del autor de la reseña, es de cambiar todo para que no cambie nada (todo muy lampedusiano), es decir, unos cuantos retoques aquí y allá, pero al capitalismo, a la sagrada libertad de explotación, a eso que Torreblanca llama "democracia" (los mercados que mandan), a eso, ni tocarlo. Por eso a Torreblanca, como buen tonto útil, le gusta tanto el tercer libro.
Pero, finalmente, Torreblanca se retrata. El tercer libro, el del Colectivo Politikon, es el bueno. "Una obra excelentemente escrita, llena de...propuestas concretas, donde se discuten y detallan las propuestas sobre las reformas electorales, de la Administración o de los partidos políticos, democratizar a los partidos, despolitizar a la Administración". Y termina "Si antes de derribar la casa prefiere intentar arreglarla, ahí encontrarán las instrucciones". La cosa está clara, aún admitiendo que Podemos y Garzón quieran tirar la casa (eso solo se lo oí decir a Garzón, pues pretende acabar con el capitalismo), de lo que se trata, a decir del autor de la reseña, es de cambiar todo para que no cambie nada (todo muy lampedusiano), es decir, unos cuantos retoques aquí y allá, pero al capitalismo, a la sagrada libertad de explotación, a eso que Torreblanca llama "democracia" (los mercados que mandan), a eso, ni tocarlo. Por eso a Torreblanca, como buen tonto útil, le gusta tanto el tercer libro.
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