Este verano leí un artículo de opinión en La Voz de Galicia que me llamó la atención por dos razones. Una, por el símil que hacía entre crisis capitalistas y crisis sísmicas (así se titulaba el comentario "Crises sísmicas") y la otra, que un medio de comunicación perteneciente a una sociedad anónima y, por tanto, en manos de capitalistas, publicase tal artículo, viendo las cosas que decía. El símil respondía a que las crisis sísmicas, como medio de liberar tensiones o de reajuste en el interior de la tierra, son inherentes al sistema terráqueo y aunque tienen lugar en un espacio determinado, dado que la corteza terrestre es única y está asentada sobre un mismo colchón o núcleo, tarde o temprano afectan a otro. Así, Fermín Paz Lamigueiro, el autor del artículo, dice que con las crisis capitalistas ocurre lo mismo: son reajustes del sistema provocadas por el mismo sistema, es decir, como ya dijeran otros antes (Keynes, nada sospechoso de ser marxista) las crisis son inherentes al sistema y, por tanto, son inevitables, como los terremotos. Da igual lo que los capitalistas y sus gobiernos hagan, tarde o temprano, superada una crisis, vendrá otra, que se llevará por delante empleo, truncará vidas, recortará servicios públicos, etc. De ahí que Fermín Paz continúe diciendo cosas tan de cajón como que "el sistema dominante seguirá necesitando de este procedimiento y habrá nuevos seísmos por que de no hacerlo, se correría el peligro de una autodestrucción sistémica". Aquí discrepo del articulista. No cabe esa posibilidad de "autodestrucción", por que no hay posibilidad de "no crisis". Esta ocurrirá. Quizás podamos, más o menos, anticiparla; barruntar qué sector o que acontecimiento pueda dispararla. Pero nada más. Esa especie de "suicidio" o de "autodestrucción" por falta de acción de los capitalistas que no provocarían la crisis necesaria para el reajuste es sencillamente inimaginable.
Más adelante viene una constatación: "Prefieren (los capitalistas, claro) los desastres para la mayoría de la población, antes que poner en peligro la supervivencia del sistema". Y luego, como ocurre con los terremotos, tales desastres van desplazándose a otras partes del mundo. Empezaron en USA, inmediatamente se desplazaron a Europa y ahora ya empiezan a aparecer los primeros síntomas de que la siguiente crisis se desplaza a América del Sur. Las noticias sobre Brasil y la paulatina disminución del índice de crecimiento de los países suramericanos, así parecen indicarlo. Todo lo cual ocurre, según el articulista (y según cualquiera con dos dedos de frente) "por necesidades propias de depredación congénita del sistema capitalista", lo cual es de todo punto necesario "para poder seguir esquilmando las riquezas de los países y sus gentes".
Como final, Fermín Paz hace un llamamiento: ¡A los que tenemos que pagar las crisis!, construyamos nuestra protección civil, hagamos nuestra prevención, no sigamos confiando en quienes causan, consienten o justifican estos desastres". Y preciso yo: esos son los capitalistas. Pero antes de construir eso a lo que se refiere el artículo es necesario destruir el sistema económico que impide esa construcción.
Pues bien, como decía al principio, La Voz de Galicia, es decir, una empresa de capitalistas, no tuvo empacho alguno en publicar todas estas opiniones. Ello muestra que se sienten completamente seguros y, encima, si alguien los critica, se las darán de "demócratas" por dar a la luz artículos como este en las páginas de su periódico.
Más adelante viene una constatación: "Prefieren (los capitalistas, claro) los desastres para la mayoría de la población, antes que poner en peligro la supervivencia del sistema". Y luego, como ocurre con los terremotos, tales desastres van desplazándose a otras partes del mundo. Empezaron en USA, inmediatamente se desplazaron a Europa y ahora ya empiezan a aparecer los primeros síntomas de que la siguiente crisis se desplaza a América del Sur. Las noticias sobre Brasil y la paulatina disminución del índice de crecimiento de los países suramericanos, así parecen indicarlo. Todo lo cual ocurre, según el articulista (y según cualquiera con dos dedos de frente) "por necesidades propias de depredación congénita del sistema capitalista", lo cual es de todo punto necesario "para poder seguir esquilmando las riquezas de los países y sus gentes".
Como final, Fermín Paz hace un llamamiento: ¡A los que tenemos que pagar las crisis!, construyamos nuestra protección civil, hagamos nuestra prevención, no sigamos confiando en quienes causan, consienten o justifican estos desastres". Y preciso yo: esos son los capitalistas. Pero antes de construir eso a lo que se refiere el artículo es necesario destruir el sistema económico que impide esa construcción.
Pues bien, como decía al principio, La Voz de Galicia, es decir, una empresa de capitalistas, no tuvo empacho alguno en publicar todas estas opiniones. Ello muestra que se sienten completamente seguros y, encima, si alguien los critica, se las darán de "demócratas" por dar a la luz artículos como este en las páginas de su periódico.
Comentarios
Publicar un comentario