Como se nota que Rajoy sabe perfectamente para quién habla: para millones de tontos. De otra manera resultan incomprensibles sus afirmaciones de que la crisis es historia y de que estas serán las Navidades de la recuperación. Para el gran capital y los grandes burgueses no ha habido crisis. Yo no he visto a Felipe González pasar apuros ni a Rajoy ni a Patricia Botín ni a Alierta. Luego, ellos no son los destinatarios de tales estupideces. ¿Podrán serlo los habitantes de ese 1.800.000 hogares en los que no hay ingresos? ¿Quizás alguno de los más de 4.500.000 parados? ¿O acaso se lo esté diciendo a los millones de trabajadores con un salario de miseria que no les permite llegar a fin de mes? ¿Se lo dirá a esos miles de padres que no pueden dar más que una vez al día comida calientes a sus hijos? ¿A los que no pueden encender la calefacción por que no tienen con qué pagarla? Lamentablemente, la respuesta es sí. Los destinatarios de semejantes sandeces son esas personas, la cuales, pese a darse cuenta de que Rajoy no dice más que imbecilidades que sabe perfectamente que son mentira, acabarán votando en las próximas citas electorales al PP, que con sus políticas (bueno, ni se sabe si son sus políticas, lo único cierto es que son las políticas que dictan los capitalistas) han llevado a esta situación catastrófica a las clases trabajadoras y a los pequeñoburgueses, clases que ahora engordan las cifras del paro.
Si Rajoy no supiera que lo que tiene enfrente son millones de tontos es indudable que no hablaría como habla. Si tras decir tamañas sandeces y mentiras hubiera una respuesta contundente por parte de parados, pensionistas, preferentistas, gente con trabajos precarios y sueldos de miseria y explotados en general, qué duda cabe de que no hablaría así. Pero qué duda cabe, también, de que si hubiera gente consciente de su situación y capaz de adoptar medidas contundentes frente a esta situación, Rajoy no estaría donde está.
Pero no solo Rajoy. Efectivamente, la falta de esa conciencia, lleva a la falta de respuesta; y así vemos como en Francia y en Italia, esos que se llaman "progresistas" o "socialistas", al dictado del capital, empiezan a imponer su ley, como la impuso antes en España Rajoy, con el impagable apoyo del PSOE, UGT y CC.OO. Las recetas son las mismas: pérdidas de derechos para los trabajadores (facilidades para el despido, privatizaciones de servicios públicos, etc, etc,). ¿Y las respuestas? Una huelga de unas horas y para casa. El capital cada día nos avasalla más y sin la menor contemplación. Lógico. ¿Quién le impide actuar así? Absolutamente nadie. Lo peor de todo es que no se ve nada ni a nadie en el horizonte capaz de revertir esta situación, empezando por mandar al basurero de la historia a toda esta gentuza capitalista.
Si Rajoy no supiera que lo que tiene enfrente son millones de tontos es indudable que no hablaría como habla. Si tras decir tamañas sandeces y mentiras hubiera una respuesta contundente por parte de parados, pensionistas, preferentistas, gente con trabajos precarios y sueldos de miseria y explotados en general, qué duda cabe de que no hablaría así. Pero qué duda cabe, también, de que si hubiera gente consciente de su situación y capaz de adoptar medidas contundentes frente a esta situación, Rajoy no estaría donde está.
Pero no solo Rajoy. Efectivamente, la falta de esa conciencia, lleva a la falta de respuesta; y así vemos como en Francia y en Italia, esos que se llaman "progresistas" o "socialistas", al dictado del capital, empiezan a imponer su ley, como la impuso antes en España Rajoy, con el impagable apoyo del PSOE, UGT y CC.OO. Las recetas son las mismas: pérdidas de derechos para los trabajadores (facilidades para el despido, privatizaciones de servicios públicos, etc, etc,). ¿Y las respuestas? Una huelga de unas horas y para casa. El capital cada día nos avasalla más y sin la menor contemplación. Lógico. ¿Quién le impide actuar así? Absolutamente nadie. Lo peor de todo es que no se ve nada ni a nadie en el horizonte capaz de revertir esta situación, empezando por mandar al basurero de la historia a toda esta gentuza capitalista.
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