Sigo comentando las frases geniales del artículo del suplemento Ideas, de El País del 6 de diciembre.
"La principal lección es que la inestabilidad financiera no es un episodio aislado, sino algo intrínseco del sistema económico" (Emilio Ontiveros). Y si es así, que obviamente lo es, basta haberse leído El Capital para saberlo ¿qué hace este sujeto y todos los de su calaña proponiendo medidas para arreglar el sistema? Lo primero, contradecirse: si es "intrínseco", no tiene arreglo, es decir, es inútil tomar medidas, las crisis sobrevendrán una detrás de otras. Lo que sucederá hasta que los explotados demos un golpe y acabemos con el capitalismo o hasta que este acabe con todos, explotados y explotadores, a lo que nos conduce el cambio climático. [Particularmente, no creo que el cambio climático vaya a llevar a la desaparición de la vida en el planeta, pues antes de esto las crisis brutales que se padecerán llevarán a una disminución de las emisiones de gases con efecto invernadero y, no sin grandes desastres y pérdidas de todo tipo, la vida prevalecerá. Y creo que ese sería un gran momento para que los que queden asesten un golpe definitivo al capitalismo y, de sus cenizas, surja una sociedad comunista. La pregunta, pues, que debemos hacernos es por qué esperar a que pase esto para acabar con el capitalismo].
"Los poderes públicos tienen un papel esencial, que es el poner las herramientas para que se lleve a cabo un cambio de patrón de crecimiento" (Daniel Lacalle). También los otros dos lo dicen. Y no solo ellos; estoy harto de oír hablar de cambio en el patrón de crecimiento, pero nadie dice qué es eso. El crecimiento, como las crisis y precisamente por él, es inherente al capitalismo. Por tanto, no hay cambio posible. Lo que hay que cambiar es el patrón económico, que no es otro que el capitalista; y cambiarlo por otro: el comunista. Por supuesto, lo de pedir a los poderes públicos, representantes de los capitalistas, que hagan ese cambio, cualquiera que sea, es como pedir a un lobo que cuide corderos.
"La crisis en Europa nos la hemos hecho nosotros" (Emilio Ontiveros). Solo estoy de acuerdo en esto en el sentido de que en cuanto que nos mostramos incapaces de acabar con el capitalismo, tenemos lo que nos merecemos: las crisis que el sistema lleva consigo. Desde luego, en otros sentidos, no. Las crisis las provoca el sistema, ni siquiera los capitalistas, que no hacen más que a lo que el sistema obliga.
"...creo que uno de los problemas es que ha habido un comportamiento salido de madre y para eso está el supervisor financiero". (Juan Torres). "Hay que hacer una regulación clara y un sistema de supervisores..." (Emilio Ontiveros). Valga lo dicho antes sobre el lobo y los corderos. Estos sujetos creen que se pueden poner límites al capitalismo, vamos, que se pueden poner puertas al campo. Eso solo se puede hacer temporalmente, pero luego, que se lo pregunten a Reagan y a Thatcher, los capitalistas presionan y los controles saltan por los aires. ¿Y después? Pues una crisis como esta. Y otra; y otra.
"En los últimos años, la diferencia entre las rentas del trabajo y el resto es cada vez mayor. La masa salarial ha ido perdiendo peso. No solo porque haya menos trabajadores, sino porque las retribuciones han bajado" (Juan Torres). Es decir, pero él no lo dice: explotación y más explotación, lo que permite a los grandes bancos (liquidadas las cajas) y a las grandes sociedades anónimas ganar dinero a espuertas (ver secciones de economía de los periódicos). Dicho en otras palabras: esta gentuza exprime tanto a los que trabajan que incluso con millones de parados, siguen obteniendo beneficios en grandes cantidades.
Se titulaba el artículo "Lecciones aprendidas". Yo creo nadie ha aprendido nada. Los capitalistas, por que desde las revoluciones del siglo XIX han ido asestando golpe tras golpe a los trabajadores, con la complicidad de partidos que se dicen defensores de sus derechos y de los sindicatos, y ya saben cómo capear el temporal hasta la siguiente crisis. Por tanto, esta crisis les confirmó lo que ya sabían: que los explotados seguimos desnortados, lo que ya sabían y por eso actúan como actúan.
¿Y a los explotados? A nosotros no nos ha enseñado nada que no supiéramos: que mientras no acabemos con el capitalismo, esto es lo que nos queda. En nuestras manos está.
"La principal lección es que la inestabilidad financiera no es un episodio aislado, sino algo intrínseco del sistema económico" (Emilio Ontiveros). Y si es así, que obviamente lo es, basta haberse leído El Capital para saberlo ¿qué hace este sujeto y todos los de su calaña proponiendo medidas para arreglar el sistema? Lo primero, contradecirse: si es "intrínseco", no tiene arreglo, es decir, es inútil tomar medidas, las crisis sobrevendrán una detrás de otras. Lo que sucederá hasta que los explotados demos un golpe y acabemos con el capitalismo o hasta que este acabe con todos, explotados y explotadores, a lo que nos conduce el cambio climático. [Particularmente, no creo que el cambio climático vaya a llevar a la desaparición de la vida en el planeta, pues antes de esto las crisis brutales que se padecerán llevarán a una disminución de las emisiones de gases con efecto invernadero y, no sin grandes desastres y pérdidas de todo tipo, la vida prevalecerá. Y creo que ese sería un gran momento para que los que queden asesten un golpe definitivo al capitalismo y, de sus cenizas, surja una sociedad comunista. La pregunta, pues, que debemos hacernos es por qué esperar a que pase esto para acabar con el capitalismo].
"Los poderes públicos tienen un papel esencial, que es el poner las herramientas para que se lleve a cabo un cambio de patrón de crecimiento" (Daniel Lacalle). También los otros dos lo dicen. Y no solo ellos; estoy harto de oír hablar de cambio en el patrón de crecimiento, pero nadie dice qué es eso. El crecimiento, como las crisis y precisamente por él, es inherente al capitalismo. Por tanto, no hay cambio posible. Lo que hay que cambiar es el patrón económico, que no es otro que el capitalista; y cambiarlo por otro: el comunista. Por supuesto, lo de pedir a los poderes públicos, representantes de los capitalistas, que hagan ese cambio, cualquiera que sea, es como pedir a un lobo que cuide corderos.
"La crisis en Europa nos la hemos hecho nosotros" (Emilio Ontiveros). Solo estoy de acuerdo en esto en el sentido de que en cuanto que nos mostramos incapaces de acabar con el capitalismo, tenemos lo que nos merecemos: las crisis que el sistema lleva consigo. Desde luego, en otros sentidos, no. Las crisis las provoca el sistema, ni siquiera los capitalistas, que no hacen más que a lo que el sistema obliga.
"...creo que uno de los problemas es que ha habido un comportamiento salido de madre y para eso está el supervisor financiero". (Juan Torres). "Hay que hacer una regulación clara y un sistema de supervisores..." (Emilio Ontiveros). Valga lo dicho antes sobre el lobo y los corderos. Estos sujetos creen que se pueden poner límites al capitalismo, vamos, que se pueden poner puertas al campo. Eso solo se puede hacer temporalmente, pero luego, que se lo pregunten a Reagan y a Thatcher, los capitalistas presionan y los controles saltan por los aires. ¿Y después? Pues una crisis como esta. Y otra; y otra.
"En los últimos años, la diferencia entre las rentas del trabajo y el resto es cada vez mayor. La masa salarial ha ido perdiendo peso. No solo porque haya menos trabajadores, sino porque las retribuciones han bajado" (Juan Torres). Es decir, pero él no lo dice: explotación y más explotación, lo que permite a los grandes bancos (liquidadas las cajas) y a las grandes sociedades anónimas ganar dinero a espuertas (ver secciones de economía de los periódicos). Dicho en otras palabras: esta gentuza exprime tanto a los que trabajan que incluso con millones de parados, siguen obteniendo beneficios en grandes cantidades.
Se titulaba el artículo "Lecciones aprendidas". Yo creo nadie ha aprendido nada. Los capitalistas, por que desde las revoluciones del siglo XIX han ido asestando golpe tras golpe a los trabajadores, con la complicidad de partidos que se dicen defensores de sus derechos y de los sindicatos, y ya saben cómo capear el temporal hasta la siguiente crisis. Por tanto, esta crisis les confirmó lo que ya sabían: que los explotados seguimos desnortados, lo que ya sabían y por eso actúan como actúan.
¿Y a los explotados? A nosotros no nos ha enseñado nada que no supiéramos: que mientras no acabemos con el capitalismo, esto es lo que nos queda. En nuestras manos está.
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