Uno de los principales problemas al que ahora mismo se está enfrentando Podemos se deriva de la trascendencia pública que tiene este partido debido a su participación en las instituciones: Congreso, Autonomías y Ayuntamientos. Efectivamente, cuando era un movimiento puramente asambleario, cuando no había una organización centralizada y burocratizada, cuando todo fluía boca a boca, cuando las acciones no dependían de cálculos tácticos, cuando alguien convocaba y a los que les parecía bien acudían, en resumen, cuando se estaba contra (o al margen, si se quiere) de las instituciones, todo era más fácil: no hay poder que conservar, no hay que decidir si se apoya a uno o a otro en la investidura, es decir, no se entraba en el sistema, se estaba contra él.
Creo que en Podemos no ha habido un debate sobre si entrar o no en las instituciones, que era por donde se tenía que haber empezado. Debate muy difícil, pues no olvidemos que, a finales del S. XIX y principios del XX, esta cuestión estaba en el candelero. La socialdemocracia de aquella época (no la basura a la que hoy denominamos de igual manera, pero que solo se parece a aquella en el nombre) debatió mucho sobres si entrar o no en las instituciones y también, una vez dentro, qué papel se debía jugar. Leer a Lenin, Rosa Luxemburgo, Bernstein, Kautsky, etc, puede darnos una luz con la que iluminar lo que ahora está pasando con Podemos.
Podemos, como digo, era un movimiento antisistema, donde tenían mucho peso, y supongo que seguirán teniéndolo, los anticapitalistas. Salvando las distancias, su situación se asimila a la de la socialdemocracia en la época a la que me refería más arriba. Pues bien, en aquél momento se discutía si había que presentarse o no a las elecciones, si había o no que aliarse con partidos burgueses, es decir, qué papel debía jugar la socialdemocracia dentro de una organización, la estatal, a la que se proponía destruir. Es decir, la socialdemocracia también era antisistema, por lo que parecía muy lógico y pertinente que se discutiese si al sistema hay que tumbarlo desde fuera o desde dentro. Para el caso de que Podemos se proponga acabar con el capitalismo (de lo que tengo serias dudas por mucho anticapitalista que así se proclame en su interior), el caso es que el entusiasmo que generó, la expectativas que suscitó y la esperanza en un cambio radical que se asentó entre "los de abajo" (por utilizar una expresión que le oí a Errejón), ahora está flaqueando. Y ¿por qué? Porqué ahora se está en las instituciones y no se tiene poder para efectuar el anunciado cambio, cuando no se advirtió con la suficiente claridad de que para ello era necesario ganar las elecciones y ganarlas donde más poder se tiene para poder cambiar las cosas: en el Congreso. Al estar en las instituciones y no tener muy claro el papel que se va a jugar en ellas por falta de ese debate al que me refiero, Podemos está entre la espada y la pared, pues ahora todo se decide en término de votos. ¿Y si votar en contra del pacto P$o€-C's quita votos y en las siguientes elecciones se obtienen menos escaños? ¿Y si la abstención genera rechazo por parte de quienes siempre estuvieron a favor? Estas cuestiones habrían tenido respuesta si antes de participar en unas elecciones alguien se las hubiera planteado, con lo cual, el mensaje quizás habría sido diferente y ahora no se estaría en la situación en la que se está.
Pero volvamos al momento de la socialdemocracia del XIX y del XX. En Alemania, se decidieron a participar en la elecciones. A cada una que había, más diputados se obtenían. Y pasó que, desoyendo la voces de, entre otras, Rosa Luxemburgo, la integración en el sistema fue cada vez mayor por el miedo a la pérdida de votos: se abandonó totalmente el punto de vista internacionalista, cayendo en el mas execrable de los nacionalismos; se votaron a favor de los presupuestos de guerra, cuando la Internacional había acordado lo contrario; se renunció al derecho de huelga para no interferir en los planes de guerra alemanes, etc, etc. En otros países ocurrió lo mismo o parecido. ¿Resultado de todo ello? Pérdida paulatina de los principios marxistas y revolucionarios y abrazo sin pudor ninguno del capitalismo. Todo lo cual nos ha llevado a la situación actual, en la que los explotados no tienen la menor conciencia de su situación o si la tienen, la aceptan, resignadamente o no, pero la aceptan; y los capitalistas campando tan alegremente, con sus enormes beneficios, sus guerras, etc.
Pues en estas está Podemos. en el mantenimiento de los principios o en su abandono por el cálculo de los votos y mancharse en el sistema. No debería ser tarde para empezar el debate.
Creo que en Podemos no ha habido un debate sobre si entrar o no en las instituciones, que era por donde se tenía que haber empezado. Debate muy difícil, pues no olvidemos que, a finales del S. XIX y principios del XX, esta cuestión estaba en el candelero. La socialdemocracia de aquella época (no la basura a la que hoy denominamos de igual manera, pero que solo se parece a aquella en el nombre) debatió mucho sobres si entrar o no en las instituciones y también, una vez dentro, qué papel se debía jugar. Leer a Lenin, Rosa Luxemburgo, Bernstein, Kautsky, etc, puede darnos una luz con la que iluminar lo que ahora está pasando con Podemos.
Podemos, como digo, era un movimiento antisistema, donde tenían mucho peso, y supongo que seguirán teniéndolo, los anticapitalistas. Salvando las distancias, su situación se asimila a la de la socialdemocracia en la época a la que me refería más arriba. Pues bien, en aquél momento se discutía si había que presentarse o no a las elecciones, si había o no que aliarse con partidos burgueses, es decir, qué papel debía jugar la socialdemocracia dentro de una organización, la estatal, a la que se proponía destruir. Es decir, la socialdemocracia también era antisistema, por lo que parecía muy lógico y pertinente que se discutiese si al sistema hay que tumbarlo desde fuera o desde dentro. Para el caso de que Podemos se proponga acabar con el capitalismo (de lo que tengo serias dudas por mucho anticapitalista que así se proclame en su interior), el caso es que el entusiasmo que generó, la expectativas que suscitó y la esperanza en un cambio radical que se asentó entre "los de abajo" (por utilizar una expresión que le oí a Errejón), ahora está flaqueando. Y ¿por qué? Porqué ahora se está en las instituciones y no se tiene poder para efectuar el anunciado cambio, cuando no se advirtió con la suficiente claridad de que para ello era necesario ganar las elecciones y ganarlas donde más poder se tiene para poder cambiar las cosas: en el Congreso. Al estar en las instituciones y no tener muy claro el papel que se va a jugar en ellas por falta de ese debate al que me refiero, Podemos está entre la espada y la pared, pues ahora todo se decide en término de votos. ¿Y si votar en contra del pacto P$o€-C's quita votos y en las siguientes elecciones se obtienen menos escaños? ¿Y si la abstención genera rechazo por parte de quienes siempre estuvieron a favor? Estas cuestiones habrían tenido respuesta si antes de participar en unas elecciones alguien se las hubiera planteado, con lo cual, el mensaje quizás habría sido diferente y ahora no se estaría en la situación en la que se está.
Pero volvamos al momento de la socialdemocracia del XIX y del XX. En Alemania, se decidieron a participar en la elecciones. A cada una que había, más diputados se obtenían. Y pasó que, desoyendo la voces de, entre otras, Rosa Luxemburgo, la integración en el sistema fue cada vez mayor por el miedo a la pérdida de votos: se abandonó totalmente el punto de vista internacionalista, cayendo en el mas execrable de los nacionalismos; se votaron a favor de los presupuestos de guerra, cuando la Internacional había acordado lo contrario; se renunció al derecho de huelga para no interferir en los planes de guerra alemanes, etc, etc. En otros países ocurrió lo mismo o parecido. ¿Resultado de todo ello? Pérdida paulatina de los principios marxistas y revolucionarios y abrazo sin pudor ninguno del capitalismo. Todo lo cual nos ha llevado a la situación actual, en la que los explotados no tienen la menor conciencia de su situación o si la tienen, la aceptan, resignadamente o no, pero la aceptan; y los capitalistas campando tan alegremente, con sus enormes beneficios, sus guerras, etc.
Pues en estas está Podemos. en el mantenimiento de los principios o en su abandono por el cálculo de los votos y mancharse en el sistema. No debería ser tarde para empezar el debate.
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