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¿Becas o préstamos?

La clase capitalista está crecida y lo está cada día más. No debe extrañarnos ¿Qué tiene enfrente? Pues gente que cree que esto es una democracia porque hay elecciones cada cuatro años, porque puede salir a la calle a manifestarse, porque puede hacer en una ridícula "huelga general" de un día, porque hay partidos políticos y cosas por el estilo. Es decir, gente que ve como día a día desde el advenimiento de la "democracia" no hace otra cosa que perder derechos (al trabajo, a la educación, a la sanidad, a un medio ambiente saludable, al entretenimiento, a la cultura, a una pensión digna, etc. etc.) y lo único que se le ocurre es salir a la calle a protestar y pedir a los representantes de la clase capitalista y a sus representantes en las instituciones (es decir, a los que defienden el sistema económico que nos ha llevado a esta situación) que arreglen las cosas. Resulta difícil concebir un desnortamiento mayor. Pues bien, ahora, por medio de una secretaria de estado a la que se le calcula una fortuna cifrada en millones de euros, nos enteramos de que el Gobierno estudia la posibilidad de o pretende sustituir las becas por préstamos. El objetivo no puede estar más claro. Los estudiantes son gente reivindicativa - aunque no pasan de salir a la calle a protestar- Pero hasta eso molesta a los capitalistas. Ya ensayaron un sistema para acabar con las protestas, echando a la gente de la universidad mediante el encarecimiento de las tasas; también, poniendo obstáculos de todo tipo para acceder a una beca. Una de dos: o no echaron a bastantes o los que quedan todavía son capaces de meter mucho ruido y salir, por ello, en los medios de comunicación. Por tanto, se trata de silenciarlos. Y qué mejor medio que sustituir la beca por el préstamo. Primero, se dificultrará el acceso a él; segundo, quién dé el préstamo (¿quién lo hará?) pondrá las condiciones que le parezcan (abstenerse díscolos y gente reivindicativa); tercero, los que lo consigan tendrán otra cosa en qué pensar que en protestar y en defender y exigir sus derechos; cuarto, los que acaben la carrera estarán dispuestos a aceptar cualquier trabajo y en las peores condiciones, apremiados por la imperiosa necesidad de devolver el préstamo; quinto, si, como es previsible, el préstamo se hace efectivo de forma sucesiva (es decir, no se entregará de una vez) ¿podrá ser revocado por el concedente si el prestatario sale "protestón"?
En fin, otra arma más para cercenar derechos y garantizar la "paz y la democracia" en la universidad y en la calle. Frente a todo esto hace falta que nos demos cuenta de que manifestándonos y haciendo huelgas ninguno de los males que nos aquejan tendrá la menor posibilidad de arreglo. Un ejemplo: desde que en España hay "democracia", ¿evitó ello las crisis económicas que nos castigaron, la pérdida de puestos de trabajo, la bajada generalizada de salarios, la rebaja de las pensiones y el empeoramiento de las condiciones para su cálculo, la pérdida inexorable de derechos laborales (indemnizaciones por despido y número de días para su cálculo, etc.), que los ricos sean cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres?  Evidentemente, no. Por tanto, la solución no está en actuar como lo venimos haciendo hasta ahora.

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